Monday, July 17, 2006

Ahogar de recuerdos de esquina

Parece mentira esta avenida sin asfaltar todavía, hay cosas que no van a cambiar nunca.

Los sábados a la noche había lista de espera con numerito, algunos esperaban en los autos, a mí me gustaba contemplar la fuente del hall.

Cambié este olor a vaca muerta del oeste por el del río muerto del norte y después dejé de oler.

Una vez con un amigo para impresionar a una chica, saltamos una rampa de tierra que había en el cordón de la vereda, justo frente a su chalet que estaba en reforma, en esa época estaban de moda las bici cross, yo a la mi bici le había puesto una bombita de agua inflada sin agua, entre los rayos de la rueda trasera, sonaba como una moto... estaba de moda “Chips”, saltamos de la mano con mi amigo, yo fui a parar debajo de un Taunus Guía... y los adoquines de por acá son duros.

El cincuenta y cinco en las Barrancas, casi una hora hasta la plaza Olivera, ni nublado estaba cuando salimos, media cuadra caminando hasta...ya no recuerdo, caminamos media cuadra más hasta la esquina de Alberdi y Medina, dije que nos metamos por adentro, que conocí, Moreto viento, Zelada garúa, Medina empapados, te costó caminar por las baldosas rotas, pero igual entramos por atrás.

Siempre me escondía en la canchita de la iglesia cuando estaba triste, entre los arbustos y la enredadera de la pared que daba al pasaje, el olor a pis de gato me da ganas de llorar todavía.

La ligustrina no me aguantaría el peso hoy...

Siete de espadas le decíamos al cura, le quedó la boca torcida, le quedó resentimiento, sembró plantitas en medio de la cancha para que no jugáramos más.

Los sonidos del órgano de la capilla. Recuerdos de iglesias. Recuerdos de Iglesias.

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