Friday, April 20, 2007

Entre Shepard y yo.

Lupe: Un remolque fantasma avanza cada noche junto a los huertos de la parte trasera de las casas. Los tomaron unos carteristas y unas putas mexicanas, andan con perros famélicos y rabiosos siempre a su alrededor. Antes había sido propiedad de un matrimonio de ancianos que lo habían adquirido para instalarlo en el desierto, porque no estaban bien de los pulmones. Ahora yacen los dos en una zanja del Valle de la Muerte, decapitados.
...
Lupe: El conductor se dejó un ojo en el cuerno de una vaca cuando trataba de despellejarla viva. Cuando la radio no funciona canta canciones en inglés y habla idiomas raros. Yo estuve atada con arapos en la cama de la camioneta, traté de romperlas a mordiscos pero no pude, estoy casi desdentada de tanto roer huesos.
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Lupe: ¡Hay una tele color en el interior! Como no la desconcectan nunca, el sonido se estropeó y el color está distorisonado y sale un tono luminoso, solo funcionan dos canales.
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Lupe: ¡Hay un viejo llamado Felix! Que se la pasa caminado muy pegado a las paredes del remolque, marcándo los ángulos rectos y santigúandose con una imagen de Kennedy completamente desteñida y rota que sostiene la mano izquierda.
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Lupe: A veces lanzaban bengalas al aire y de esa manera le avisaban a los chicos del insituto que habíamos llegado, venían en bandadas, con sus pantalones ajustados con muchos remaches, zapatillas blancas y camisetas ajustadas, paquetes de Camel sujetos a la manga de las camisetas. Se peleaban entre ellos para ver quien nos tenía primero, el que ganaba pasaba, entonces venían con la adrenalina a flor de piel, nunca me desataban, siempre me lastimaba el primero.
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Lupe: Las peleas eran siempre silenciosas y breves porque ninguno quería quedarse sin pasar, los que perdían eran los últimos en pasar, pero a veces era mejor porque llegaban tan agotados que hasta nos llamaban por nuestros nombres. Lupe, Lupe, me dijo uno tantas veces que hasta casí logra hacerme acabar, después me sentí peor.
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Lupe: Una chica llamada Lupe acababa siempre con todos y eran tantos esos chicos, esos chicos como perros en celo...
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Lupe: La siguiente vez que el remolque me capturó, Lupe no estaba más, me dijeron que había muerto. Un tipo le metió un afrodisíaco en su Coca Cola. Y la dejó en el auto diciéndo que iba por un forro. Cuando regresó Lupe había muerto desangrada, con la palanca de cambios metida hasta el fondo de la vagina.
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Thursday, April 12, 2007

Extracto de “No son palabras” (ensayo sobre una amistad)
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M: Una vez caminé por Sarmiento, desde el Abasto hasta Medrano. Recordé.
H: ¿Qué?
M: No son palabras.
H: Imágenes.
M: No.
H: Son imágenes.
M: No.
H: Describilas.
M: No son palabras, te digo.
H: Como los sueños... ¿Soñas en blanco y negro?
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H: ¿Por qué te acordaste de Sarmiento?
M: Por la lluvia.
H: Cuando llueve, llueve en todas partes.
M: Es distinto. En Sarmiento y Bulnes es distinto. También en Corrientes y Mario Bravo o en Lavalle a la misma altura, no peatonal, eso es otra cosa.
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H: ¿Te conté como me deprime el corso de la Avenida Belgrano?
M: Hipólito Irigoyen a esa altura es linda, arbolada, veredas anchas, se soporta un domingo a la tarde.
H: Un domingo a la tarde sin fútbol.
M: Un domingo a la tarde y a la noche.
H: Sin fútbol.
M: Insoportable, sí.
H: Se soporta caminar por Sánchez de Bustamante bajando por Córdoba.
M: Domingo de noche.
H: Sí.
M: De Córdoba para Soler es otro mundo.
H: Sí, otro. Sobre todo de noche.
M: Noche de domingo.
H: Cualquier noche.
M: Una vez caminé desde Las Heras y Billingurst hasta Rivadavia.
H: ¿Era domingo?
M: Dios no lo permita. Martes.
H: ¿De tarde?
M: De tarde tipo seis, seis treinta, otoño, se transpira pero no se sufre.
H: ¿Cuánto tardaste?
M: Una hora aprox.
H: ¿Y en que pensaste?
M: En nada.
H: Algo debes haber pensado durante una hora.
...

M: A mi la calle que me deprime es Venezuela, a la altura de Alsina.
H: Eso es Once.
M: ¿Y?
H: Que no es Boedo. En Boedo está el corso deprimente.
M: Ya no hay barrios como antes, ahora solo calles.
H: Calles deprimentes y de las otras.
M: A mi el corso me deprime si hay murga. Si hay gente muy joven y muy vieja con redoblantes y dando saltitos como monos. La lentejuela barata y las bombitas.
H: Las bombitas de agua, sí...
M: Las bombitas de veinte whats, las de colores.
H: Lamparitas, las bombitas son el alma del carnaval.
M: El rey momo y los banderines.
H: ¿Qué es de la vida de Silvia?
M: Ahora es gorda.
H: Sus ojos…
M: Te gustaban, lo sé, ahora parece obvio pero siempre lo supe.
H: Digo que sus ojos deben seguir iguales, un cuerpo se puede ajear pero los ojos no.
M: Se oscurecen, pierden brillo. Como Florida y Marcelo T de noche.
H: Que pavada.
M: Con Silvia nos gustaba dar vueltas alrededor del parque Avellaneda, en realidad a ella le gustaba, yo nunca entendí porque alrededor del parque y no dentro del parque.
...

H: Hablemos de otra cosa, hablemos de calles.
M: Se estaba por largar, caminamos media cuadra hasta la esquina de Alberdi y Medina, le dije que nos metamos por adentro, Moreto viento, Zelada garúa, Medina empapados, me dijo que tenía frío, que con tacos le costaba caminar por las baldosas rotas, pero igual entramos por atrás, yo tenía mucho respeto por su virginidad en ese entonces. ¿Dónde te la cogías vos?
H: Ahí también.
M: Puta.
H: ¿Pedimos pizza?
M: Si estoy cerca de Plaza Miserere y tengo que tomar el subte hasta el centro prefiero caminar hasta Pasco así me cague de calor. Me enferma el gentío de esa plaza.
Tampoco soporto caminar para hacer combinaciones en el subte, si estoy en el A y tengo que ir hasta plaza San Martín prefiero bajar en Lima y caminar por Florida, aunque sea mediodía y este infestado de gentío.
H: Yo creo que me quería. ¿De qué te reís?
M: Los cieguitos esos que están en el súbte C un día se mearon los pantalones los dos al mismo tiempo y al tiempo que yo pasaba. Muy gracioso.
H: No tiene nada de gracioso.
M: Sí que tiene. Triste fue cuando la cieguita murió y el cieguito quedó solo. Lo triste era el cieguito pidiendo la hora para que alguien le diera bolilla, eso es triste.
H: ¿No te da miedo la muerte?
M: Miedo no, tristeza.
H: Dale ¿pedimos pizza?
...

H: La calle Humauaca es linda, también a la altura de Almagro.
M: Mucho geriátrico y mucho loquero.
H: Vamos a algún recital, nos emborrachamos.
M: ¿Qué tenes en los dientes?
H: ¿Por?
M: Nunca te vi apretarlos así.
H: Dale, un pogo como los de antes.

...

M: Algo en mi orgullo se quebró al ver a Selva así.
H: ¿Selva?
M: Silvia.
H: Dijiste Selva.
M: No, dije Silvia.
H: Selva, ¿por qué dijiste Selva? ¿qué tiene que ver Selva en esto?
M: ¿Qué Selva?
H: Mi Selva.
M: ¿Seguís saliendo con ella?
H: Sabes que no.
M: No es tu Selva entonces.
H: ¿Por qué dijiste?
M: No dije.
H: Sí,. Te escuché. Selva. Fueron tus palabras.
M: ¿Está gorda Selva también?
H: No quiero hablar de ella.
M: Buena chica esa Selva.
H: ¿Qué sabrás vos?
M: Sé.
H: ¿Qué sabes?
M: Eso. Buena chica.
H: ¿Y cómo sabes?
M: Teníamos trato ¿no?. Salíamos juntos a veces ¿o no?
H: ¿Existe el cine ese de Santa Fe y Callao todavía?
M: No sé, nunca volví a ir al cine desde que no estoy en pareja.
H: Ni yo. Como extraño...
M: ¿A Selva?
H: Cortala con eso.

...

H: La placita Serrano extraño, las vueltas del viaje, el alcohol, el fané de la noche...
M: Era un asco.
H: ¿Qué cosa?
M: Todo.
H: ¿No tenés nostalgia del sninfe de la trasnoche, vos?
M: Esos lugares son como cadáveres por culpa de la nostalgia.
H: Tenes.
M: Volví varias veces por Gurruchaga. Guatemala, la plaza, Thames. Nada que ver. Un asco.
H: No exageres.
M: Belgrano en cambio sigue siendo lindo, sigue siendo lindo porque es verdaderamente lindo, no está teñido de nuestra fascinación adolescente. Vas por la zona de los Virreyes y decís “que lindo esto”, caminas por 11 de Setiembre y todos los edificios tienen halles lindos, lustrosos y con dicroicas, los árboles, los pocos caserones que sobreviven, hasta la universidad...
H: Una vez la acompañé a Puan. Filosofía decía.
M: No sabía que quería esa mina.
H: Pedro Goyena es un lindo lugar para vivir.
M: Demasiada construcción alta.
H: Sí. Pero árboles altos y coposos también.
M: Pura sombra.
H: Mejor en verano.
M: Por Bonifacio hay una linda parrillita, podríamos ir un día.
H: No sé.
M: Como quieras.
H: ¿Y de que hablaron en el viaje?
M: No me acuerdo. Se que fuimos en mi auto. Agarramos la Juan B. Justo casi de punta a punta, desde Vélez a Pacífico, después Cabildo, mediodía. Se tarda.
H: Habrán hablando bastante. ¡Semejante viaje!
M: No hay suspensión que aguante con esos pozos.

...

M: Que lugar raro la costanera sur ¿no?
H: ¿ La llevaste a la costanera sur?
M: Simplemente digo que es un lugar raro, un día de semana después del mediodía, es un lugar extraño, es casi como estar en un lugar de veraneo.
H: La llevaste. Calzate los guantes.

...

H: ¿Pastillas tenés?
M: De menta.
H: De las otras.
M: Ya no...
... Evidentemente Almagro es un barrio hecho para la melancolía.
H: Entonces pensaste, en Billingurst desarrollaste un pensamiento que ahora traducís en palabras.
M: Eso fue en Sarmiento, antes de largarme a caminar bajo el agua. Después ya no.
H: No tiene sentido.
M: Nada de esto.

...

M: ¿De qué?
H: De tu traición.
...

H: Bailemos nuestra canción, aunque ya sea tarde, aunque solo quede poco, aunque nuestros amores esten muertos, recordemos... pobrecitas, pobrecitos... unos despojos pudriéndose por ahí... nosotros... la amistad es... nuestra amistad... yo... te perdono.
M: Sí, yo también.
H: Cosas que pasan. La vida...
M: Pasa.
H: No hay tiempo para rencores.
M: Hay si... pero... ¿para qué?
...

H: Rivera Indarte. La iglesia. Membrillar. La galería. La...
M: La pizza por metro.
H: La primer salida.
M: La emoción.
H: Y ahora solo esto.
M: Palabras, sí... al final quedan.
H: Aunque se escriban sobre el agua.
M: Retumban.
H: Ecos.
M: Te veo mejor de los dientes.
H: Vos ya no pareces ansioso.
M: Nos vino bien hablar.
H: Si.
M: Y bueno, pidamos pizza nomás.


Tuesday, April 03, 2007

Panick terraza.

I
Veo.Veo la casa. Alemana. Construcción alpina. Es barrio, barrio como los de antes, cuando llueve aparece barro, no sé de donde, aparece. Desde lo alto parece un muerto. Empedrado sudado. Nadie. Sin olor, sin sonidos, frustración oculta. Se tensa, se estira, late, late pero no explota. Aprisiona, ahoga, agita, hunde, no suelta. Barrio. Un slow de cámara en blanco y negro.
¿Es un gato lo que veo? Muchos. Varios gatos.Huerfanos. Babean, te obligan a encoger los hombros. Pueden saltar. Saltan.
Algún día nos vamos a ir con la misma música.
Voy a bajar.
Están expectantes detrás del montículo de tierra. Agazapados. Esperan. Quieren comer asado. Ellos no los gatos, ellos.
Voy a volver a entrar igual.
Armaron una pelopincho color naranja gastada, cuando la desenrollaron había una tortuga muerta entre los pliegues, se rieron, pensaron que el agujero del alambrado que da a la ligustrina había sido hecho por la misma tortuga que había intentado escapar durante el invierno. El olor a tortuga muerta es insoportable. Un alfajor aplastado de caca de gato.
Van a hacer sopa con la tortuga. Sí. Prepararon la manguera, tiene varias pinchaduras pequeñas la manguera, se arma charco en los sectores de pasto arrancado donde moja la perdida, el pasto arrancado está esparcido sobre el patio de baldosas lustradas con cera roja, parecen cabellos tirados en el piso de una peluquería hostil. Todo es hostil ahí y acá.
No hay otra.
Pedimos perdón, volvemos.
Se muerden los labios, sangran, los nudillos blancos, no lo veo posible. Se descargan con la jaula del canario. Juegan fútbol con ella.
Mejor no preguntar por el canario. Con lo lindo que cantaba.
Acá estamos a salvo, en la altura.
Siento vértigo, me chupa. Bajo. Bajo y entro. Vuelvo y chau.
Se escucha un ruido dentro, es la escalera, astillas que crujen, hormigueros. Hormigas negras culonas y de las rojas, las chiquititas y del pino cuando hay viento llueven arañas pollitos.Adrenalina de perro. El doberman de la esquina, el de las rejas bajitas, está suelto y solo, está asustado.

II
Están que arden. No se les quemó el asado. No lo pueden encender.
Yo puedo ser rudo si me arrinconan también.
Hay una mujer en bikini, una mujer joven, alta y de rulos que dicen se va a morir pronto. No parece importarle a ella.Tengo frío, se levanta viento, acá en la altura es peor.
Abajo las pollito, el doberman.
Podríamos espiarlos desde ese pino, esperamos a que caigan todos esos bichos y subimos con sigilo, esperamos una oportunidad para cuando amaine el viento.Ese pino transpira mucha savia, es un pegote espantoso, se pone negro y duro y cuesta sacarlo sin lastimar la piel.
En este cuartito:
Una sala de maquinas como cualquiera,
algún motor,
algún escobillón,
diarios viejos y claro,
mucho ruido de ascensor.
Pero no es peligroso.
No.
Quisiera entrar hasta que pase el viento pero no tengo llave.
Pateo la puerta, es de chapa. Si es chapa dejamos marca.
Como antes, como con cualquier chapa.
Después.
No te asomes tanto.
¿Viste como se ven los árboles desde arriba?
...
Colchones rellenos de alambres de púas.
Revisemos algunos balcones con la vista.
Maceta pesada.
Felpudo de perro.
Rejas.
Cochecito de bebé.
Dos ancianos.
Que triste.
Pero son dos.
La pelada amarillenta de él.
Triste.
¿Por qué te bajás?
Se los ve tranquilos a los viejitos.Quiero dejar de escuchar esa maldita A.M.
La mujer que va a morir y otra bastante linda que andaba con el culo al aire estaban atando trapos viejos a un palo de escoba, creo que van a hacer humo para bajar un enjambre que anida debajo del balconcito de la habitación del costado.Ese nido está hace años.Generaciones de avispas y siempre la misma A.M.
Con el culo al aire, remera ajustada y calzón casi por las rodillas, no queda bien.
Voy a pensar en voz alta cosas que me den valor:
El asiento banana de la rodado 14,
los formula 1 con masilla y cucharita,
mi mamá cuando sonreía.
Mi papá con olor a traje.
Dibujos después de la siesta.
El básquet en el garaje... (Voy a llorar)
Ahora derriten chocolates dentro de una cubierta vieja de auto.
...
Chocolatín Jack.
Un disco de Queen.
La guerra de las galaxias.
La viejita le acaricia los dedos al viejito,
los dedos del viejito tiemblan.
(Lloro)

III
Salí de ahí adentro, dale. ¿Cómo entraste? salí y te cuento... entré, revisé toda la casa, estaban durmiendo, está muy cambiada desde que escapamos.
...
... Saliste.
Estaba abierta, sin llave, le di un patadón y me volvió, casi me aplasta la nariz. Hay una colchoneta y una cortina sucia. Ruido solo cuando usan el ascensor. Lo usan poco.Es una pajarera.
En el jardín no cerraron la manguera así que imaginate. En el patio, la cera, el caparazón de la tortuga y los pastos. En el hall de adentro las plumas del canario y las de los sillones, algunas todavía vuelan. La cocina: restos de sopa por el piso y alguien tuvo sexo contra la heladera seguro porque está medio destartalada y en los imancitos hay cabellos enganchados. La escalera ya te dije, bueno ahora agregale ejércitos de hormigas trepando sobre la alfombra gruesa del pasillo. El living... uf me canso.
(Quisiera ser Nerón)
Paso la noche acá. Mucho espacio no hay. (Llore bastante).Tengo mermelada de abajo. De ciruela.
¿Dónde me quedé?
El Living: Sí, en el living estaban los sillones desplumados y los vitroux rotos sobre la mesa de madera cuyo vidrio está apoyado contra la puerta a modo de trampa guillotina. Gargajos sobre el empapelado crema, de la araña solo queda el cable pelado.
Creo que me subió la fiebre.
Puedo ser rudo si me presionan te dije.
En la planta alta, el baño, el baño mejor lo dejamos sin descripción, no hay necesidad de volverse tan escatológico... Me masturbé. El baño de la planta alta, me acordé.
Al de abajo lo prendieron fuego, agua oxigenada en el revistero.
Está saliendo humo ahora, el revistero. Por ahí es el asado, por ahí con la panza llena les mejora el humor. Habría que esperar a ver como pasan la noche.
Me voy a dormir, se me va a pasar más rápido.
La fiebre.
Hay una lonita hacemos carpa
No sos el único que sufre la perdida.
Te advierto que puedo ser sonámbulo y me gusta dormir desnudo.
No creo que pueda dormir.
Buenas noches.

IV.
Lluvia.
Hay que espíar.
Nos mojamos.
Hay que hacerlo.
Es peligroso enfermarse acá.
No cierran las ventanas.
Degenerados.
Vení, mirá, la que se va a morir.
Todos.
Vení, dale, son tres gotas.
Rock
hundimos tus pomulos/ no te quedo sueño por vengar/se moría de ganas de matarla/las minitas aman los payasos y la pasta de campeón/y vos resplandecías/ahora mismo puedo ajustar un guión/verte feliz no es nada/están garchando tu suerte/a pagar los platos rotos de la gira/como bombas pequeñitas/el humor de los sobrevivientes.